martes, 19 de junio de 2012

7 x 03 - Nueva York I

Aquí vengo con la primera remesa de fotos. He cometido un error, y es esperar tanto para empezar a escribir. Tres semanas dan para mucho, y sobre todo en un sitio como Nueva York, por lo que hacer un resumen al tiempo se complica, sobre todo porque uno empieza a olvidar el orden exacto de los eventos.

En cualquier caso, van a ser cuatro o cinco entradas en total. Dos o tres para Nueva York, una para Washington y otra para Filadelfia.

Bueno, empiezo por donde mejor se suele empezar, que es por el principio.

Salgo el viernes 18 de mayo a las 08.00 o así desde Ginebra, lo que significa que me tengo que levantar sobre las cinco de la mañana. Procedimiento habitual de facturación, sin más. Vuelo a Madrid primero, a la T4, desde donde luego tengo que ir a la T4 satélite, donde tras unas horillas de espera embargo en un A340.

Tal que así

Bicho pequeño, con capacidad para 380 pasajeros, más del doble de los que caben en el A320 que me llevó a Madrid.

Sobre el vuelo poco que decir. La comida mediocre y poco más. Lo que si es cierto es que las nueve horas o así no se hacen demasiado largas, entre las dos comidas, la película (dos, pero no vi la segunda= y lo que lleves para echar el rato.

Total, que salgo a las 13.50 y llego a las 16.05 local, tras nueve horas de vuelo. Son seis horas de diferencia, con lo que tengo cuerpo de cena y cama, pero es pleno día todavía.

Después de esto tuve que pasar el control de inmigración, que, la verdad, no fue para tanto. En el avión te hacen rellenar un formulario con cuatro chorradas - motivo del viaje, hotel de la estancia y tal - que te piden en el control. Me hicieron un par de preguntas simples a las que ni me dejó terminar, cortandome con cara de fastidio como si no le intersara un comino. Que posiblemente no le interese, pero entonces que no pregunte, copón.

El control me llevo sobre una hora, así que para cuando salí la maleta ya estaba fuera. La agarré y me fui para el metro, y aquí es donde la lie.

El caso es que según Google yo debía coger la linea E de metro y después hacer un cambio a la 4, pero lo que yo no sabía es que tenía que salir a la calle, patear un buen rato hasta encontrar la entrada de la otra línea y después volver a entrar. Una vez que le coges el truco no es difícil, pero de nuevas, el no saber esas cosas hace que te líes a dar vueltas. Especialmente cuando no sabes dónde está la otra entrada.


Encima resulta que hay varias líneas haciendo recorridos similares, de forma que hay tramos donde una es express - no para en todas partes - y otras paran en todas las intermedias. Y Google me mandaba a la 4. Que era express. Con lo que no paraba en la que  yo quería. Con lo que acabe en medio de Brooklyn antes de darme cuenta de que mi parada no era parada.

Así que vuelta para atrás. Me bajé en la que mejor me pareció y de ahí andando, pasando por China Town de camino.

Una cosa del metro de Nueva York, por cierto, es que es muy antiguo. Y encima no está demasiado modernizado. Es ruidoso de narices, y además algunas estaciones tienen un aspecto ruinoso.

En fin, logro llegar al hostal y me voy a mi habitación. Un cuchitril del largo de la cama y no mucho más ancho. Con ventana. A un patio trasero. 5 dolares extras por esa mierda de cuestionable ventana, que manda...
Menos mal que era por poco tiempo.

Entre pitos y flautas eran ya las nueve de la noche. Tres de la mañana para mi reloj interno, así que opté por ducharme y acostarme, no sin poner antes el despertador para acudir al día siguiente a la conferencia.

Como si me hubiera hecho falta. Por culpa del jet lag a las seis de la mañana estaba con los ojos abiertos de par en par (mediodía para el reloj interno). Decidí ir a buscar el sitio de la conferencia y desayunar en algún sitio... que acabó siendo un Dunkin Donuts. ¡Qué porquería de café!

Sobre el primer día de conferencia, poco que contar. Además, son cosas de trabajo, así que a la porra. Salto directamente a la tarde.

Quedé con mi anterior compañero de piso para ir a dar una vuelta, ya que todavía no había visto nada en condiciones de Nueva York. Y así sin más me llevo debajo del Empire State.


Enorme, quién lo iba a decir ¿eh? No, pero ya en serio. Es enorme. Es cierto que dependiendo del ángulo no parece tan colosal, básicamente porque la base es ancha y está rodeado de edificios enormes también. La foto no le hace justicia, de todas formas.

Otro detalle curioso de Nueva York: comida. Comida por todas partes. En todas las esquinas. Tiendas, kioskos, carritos... comida por un tubo. ¿Os imagináis que vais a Moda Joven del Corte Inglés y tienen chocolatinas al lado de las cajas? Pues allí lo hacen. Tienen un serio problema.

No tengo fotos, pero sí es cierto que el actual alcalde parece que intenta luchar contra tanta azúcar y tanta grasa, pero no es que sea terriblemente popular por ello. Ah, y los tamaños... pides pequeño y es como un mediano en España, o incluso algo más. Pides un zumo y te ponen cerca de medio litro.
En cualquier caso, seguimos con el paseo haciendo tiempo para la noche. Porque Times Square merece la pena verlo de noche. 


Coincidió que el día estaba nublado, con lo que los edificios más altos de la zona desaparecían entre la niebla. Eso sumado a las pantallas, la cantidad de gente, y los anuncios en chino... parecía Blade Runner.

¿O no? Sí, es Times Square

Hasta la policía con luces de neon

Para cenar quedamos con unos amigos de mi ex-compañero de piso, y fuimos a un sitio bastante famoso por lo visto. De hecho al Hilfiger este parece gustarle, porque salía en la revista de Iberia en ese sitio. Que ya ves.
Respecto a lo que decía sobre los tamaños:


Poca cosa. Sólo casi cuatro dedos de carne.


Otra cosa bastante diferente a Europa, o al menos a mí me lo parece, es lo belicistas que son, y lo mucho que les gusta un uniforme. Por todas partes militares uniformados. Después vi que de hecho les sale grátis entrar en los sitios si van con uniforme, así que eso lo explica. Pero ¿cuántas veces habéis visto en España a militares de parranda o de cena uniformados?
La foto de arriba es del sitio del sandwich ligerito: "Mándale un salami a tu chico en el ejército". Yo nunca he visto un cartel diciendo "Mándale un tarro de atún en manteca a tu chico en el ejército". ¿Vosotros?

La habitación del hotel de la conferencia. Planta 20.

Panorámica desde la ventana del hotel

El domingo fue un poco más calmado, y después de las conferencias fuimos a tomar una cerveza al lado del World Trade Center, donde estaban las Torres Gemelas, y donde ahora están construyendo dos nuevas torres. La Torre 1 ya es más alta que el Empire State, que no es poca cosa.



Y como al Empire State las fotos no le hacen justicia. Justo encima de la base - lo negro - podéis ver unos huecos donde faltan cristales. Eso es el tamaño de una planta. Así que imaginad.
Durante el resto de la semana no hice muchas más cosas ya que como Fátima venía el viernes, no quería hacer cosas que después iba a volver a hacer. Aun así fui a ver el Rockefeller Center.

Grande, pero no tanto. Y no muy bonito, la verdad.

¡Banderas americanas para todos!


Y también presenté mi poster.


Con colorines, gráficas, y el logotipo diseñado por mi talentosa hermana. No me preguntaron casi nada, pero qué se le va a hacer. De todas formas, el logo del hamster ha sido un éxito, y aparentemente hasta acabará en un documento oficial y todo.

Otra cosa interesante fue la visita a las oficinas de Google en Nueva York, gracias a que un antiguo compañero del CERN ahora trabaja allí. Tristemente no hay fotos, porque no estaba permitido. Lo que si puedo decir es que es bastante increíble. Cada despacho está a no más de veinte metros de una mini cocina, y con mini quiero decir más grande que la de mi casa. Sí, hay varias cocinas repartidas por todas las oficinas, con neveras llenas. La comida, gratis. Tanto en esas cocinas como en el restaurante, donde, por cierto, tienen un camión de los helados dentro (!!). También tienen sala de juegos, consolas, las paredes son "pintables" (es decir, un gigantesco whiteboard), y hasta un "siestódromo".

La verdad que por un lado no está nada mal, pero por otro veo el peligro de acabar más horas en la oficina que en otro sitio, ya que al fin y al cabo lo tienes todo. Aunque, por otro lado, si estás a gusto...

Para terminar, el jueves tuvimos la "cena de gala" en un barco, cenando mientras navegábamos alrededor de Manhattan. Anda que se lo montan mal.

El tiempo durante esa semana estuvo a ratos bien, a ratos mal, con lluvia. Comenzó con algo de fresco y terminó con un bochorno horrible.

Y el viernes llegó, y con él, Fátima. Obviamente no aguantó despierta mucho rato, así que dejamos el turisteo tuvo que esperar al sábado.


Y me parece que aquí lo dejo. Tenía pensado incluir parte de la segunda semana, pero estoy viendo que ya la entrada se me ha ido de madre - y eso que omito cosas -, así que mejor corto para no saturar. Volveré en breve con las siguientes entradas, si no se me aburre el público.

2 comentarios:

Santiago Segura dijo...

Vuelve en breve, amor

Tu admiradora dijo...

Deseando ver la segunda parte