sábado, 30 de junio de 2012

7 x 05 - Washington

Esta entrada va a ser mucho más corta que las de Nueva York, lógicamente, ya que sólo estuvimos dos días en Washington, y el primero llovió a cántaros. O más. Una cortina de agua alucinante. Aunque por suerte el segundo día despejó por completo.

Como con esa lluvia era imposible hacer nada, nos metimos en el Museo del Aire y del Espacio, uno de tantos museos del Instituto Smithsonian. Sólo en eso se nos fue casi toda la tarde, porque el sitio es enorme.

Lanzaderas, trajes de astronauta, sondas, algún que otro avión...

Incluso el avión de los hermanos Wright. No una réplica, no. El de verdad, el original - exceptuando, por lo visto, la tela.

Como el día no mejoraba, nos fuimos directamente al hotel. Tres estrellas, pero nada mal. Dos camas enormes - casi de matrimonio - y un bufé de desayuno más que interesante. De hecho, fue el primer desayuno - de dos - tipo americano que he tomado: tortitas, huevos revueltos, salchichas y fruta. El café, horrible, como siempre.

Washington tiene una cosa curiosa, y es que prácticamente todos los monumentos y sitios famosos están uno al lado del otro prácticamente. Claro que lleva cerca de un día verlo todo, pero un día y ya está. No tiene para mucho más. Dos si se va de museo, que tiene algunos muy interesantes.

El perillas con la Casa Blanca en el fondo, y el monumento a Washington un poquito más para allá. Si se tira una línea desde el Capitolio hasta el Memorial de Franklin, y una perpendicular a esa línea desde la Casa Blanca, ahí está el Monumento a Washington. No sé si me explico.

Que se nota que es una ciudad diseñada y construida para ser la capital, vaya.

Y otra cosa, que no sabía, por cierto, es que Washington DC es su propio estado, en cierta forma. Y que, además, es el Congreso quien, al final, realmente gobierna la ciudad/estado. Y lo más curioso: Washington DC no tiene congresista. Escogen a un portavoz, pero ya está. Es decir, que los que viven en la capital no tienen voto en el gobierno ni de EEUU, ni en el de la ciudad.

Pero los impuestos lo pagan, claro está. Así que tienen una especie de eslogan: "Taxation Without Representation", que llevan incluso en las matrículas.



Servidor en las oficinas centrales del FBI. Me hacía ilusión, por aquello de Expediente X :P

Fátima y yo con el Capitolio detrás.

El Monumento a Washington

Franklin Memorial (hasta los topes, ahora entiendo cuando Jefferson se enfada con Lisa)

Vista desde el Franklin Memorial, con el Monumento a Washington al otro lado del lago. Lago que estaba en obras y, por tanto, seco. Cagüen...

Hay un memorial de Einstein y todo. Y se daba la feliz casualidad (juro que fue una casualidad) de que llevaba la camiseta que me regaló mi madre con ecuaciones de la relatividad (¿general, especial?)

Después tiramos para ver el cementerio de Arlington (el de las lápidas blancas en fila), pero ya había cerrado. Así que cogimos el metro para ir al Pentágono.

Sí, no tengo fotos del Pentágono porque había carteles de "Prohibido hacer fotos" cada diez metros. Además de cámaras de seguridad, así que pasaba de que me las hicieran borrar. En realidad, tengo una por ahí donde se ve, porque en la zona del memorial (a esta gente le encantan los memoriales) del 11 de septiembre no está prohibido. Básicamente es como un parquecito, donde el avión se estrelló contra el Pentágono, con una placa por cada víctima, orientadas en función de si era pasajero o trabajador del Pentágono, y agrupadas por año de nacimiento.

Tal que así (sacada de Wikimedia Commons)

De hecho se nota la diferencia de color en la parte del edificio que ha sido reconstruida.



Y ya el último memorial que nos dio tiempo fue el de Iwo Jima. He de decir que es mucho más grande de lo que me esperaba. Al fondo, como no, el Monumento a Washington.

lunes, 25 de junio de 2012

7 x 04 - Nueva York II

En esta segunda entrada voy a abreviar, y centrarme más en las fotos. Básicamente porque, si no, se va de madre, y os (y me) aburro. Si es que alguien además de mis padres me lee, claro está.


El B&B al que nos fuimos cuando llegó Fátima estaba en Harlem. Cuando llegué allí temía haberme equivocado de sitio, porque no hay nada que indique claramente que lo es.
Por cierto, si algún día vais no uséis las líneas verdes, sino la azul. La parada de la verde está en la zona pegada al Bronx y, bueno... es como uno se imagina al Bronx.
Aunque bien es cierto que nadie te echa cuentas. Lo único, un tipo que me quería vender un seguro dental, y cuya hermana vive en Barcelona casada con un Español. Jate tú.

Enfrente del B&B. La Sienna, se llama, por si hay interesados. No está nada mal. Sobre todo teniendo en cuenta el precio.

Servidor en Wall Street.

Nos dimos un paseo siguiendo el East River, y aproveché para hacer esta panorámica. La zona no es que sea preciosa, porque casi todo el camino pasa por debajo de una carretera elevada.

Tomamos también unas cervezas en un bar situado en un ático cercado al Empire State. Nada caro, teniendo en cuenta la localización. Aunque lo cierto es que, exceptuando el alojamiento, en EEUU me parecen bastante razonables los precios. Dos Levis por 70 dolares (56 euros) me compré.

El Chrysler

China Town. Parece que te has ido a otro país. Restaurantes - chinos - a punta pala. Muchos de ellos con peces y crustáceos varios en peceras a modo de escaparate. Obviamente hicimos una comida allí, con la típica galleta de la suerte incluída (me prometía un ascenso, a ver si es verdad).

Empire State desde el mismo bar, pero de noche.

Hay también para visitar un portaaviones (el USS Intrepid) convertido en museo. Están habilitando la cubierta superior para mostrar también el transbordador Enterprise, pero nos lo perdimos por unos días.

Nos conformamos con un Black Bird.


Y un Concorde.

En Times Square hay una tienda de M&M. Sólo M&M. Esta foto es una parte de toda la variedad de colores que tienen. Además hay merchandising para aburrir.

La ONU. Un poco decepcionante, la verdad.

Una cosa curiosa es un jardín lineal construido sobre unas antiguas vías elevadas.

Que siguen ahí todavía.

Como no podía ser de otra forma, subimos al Empire State, pero lo hicimos de noche. En parte para ahorrar tiempo de cola, y en parte por ver la ciudad iluminada. Bastante impresionante como se puede ver.
Times Square se intuye en el cuadrante superior izquierdo, donde aparece una mayor cantidad de luz.



Panorámica desde arriba. Se puede ver la Torre 1 al fondo.

La estación central. La foto está hecha desde una tienda Apple que está ahí, sin más. En un sitio parecido al que se ve enfrente, elevado.

Cerca también de Times Square hay una hamburguesería donde se pide como quien pide una pizza. No hay menú, sino un formulario con: cantidad de carne, tipo de pan, tipo de queso, salsas, añadidos... Muy buen sitio, rico y bien de precio (14 dolares esa enormidad).

Uno de los últimos días nos fuimos a Coney Island, aprovechando el buen tiempo. Al fondo se puede ver la noria. Un par de cosas curiosas: aunque la gente pesca, hay carteles indicando de lo poco recomendable que es comer nada que salga de ese agua, y que bajo ningún concepto lo coman embarazadas o niños. Os podéis imaginar.
La otra es que comimos pizza. Que vaya cosa. Pero lo fascinante es que yo, que no es que tenga poco saque, con dos porciones como. Imaginaos el tamaño. El tema de los tamaños en EEUU tiene miga.

Tuve el capricho de probar uno de esos "perritos calientes" en un palo. Básicamente es una salchicha pinchada con un rebozado con sabor a barbacoa. más o menos.

La última noche, otra cita obligada: Broadway. Conseguimos por mitad de precio entradas para Chicago (los actores son otros). La verdad es que me encantó, merece mucho la pena.

Después de eso cenamos en un vegetariano, que no es que importe mucho, pero quería mencionar los cartelitos con "A", "B" y "C" que tienen los restaurantes en la entrada, notificando la "nota" de la inspección de sanidad.

Tal que así. Siempre viene bien.


Y ya lo último que visitamos, la mañana del viernes antes de ir al aeropuerto, fue el mausoleo del general Grant, también en Harlem, relativamente cerca de nuestro alojamiento.

Después de un nutritivo desayuno con tortitas, huevos revueltos y jamón en un bar de barrio típico, con su grasilla y sus cosas..


Y esto es todo por Nueva York. Ya subiré las de Washington y Filadelfia en unos días. Hay cosillas que me he dejado, como los policías haciendo barbacoa en la calle y utilizando una boca de riego para llenar una piscinita donde metían los pies, pero es que son muchas cosas y no me acuerdo de todo :P

martes, 19 de junio de 2012

7 x 03 - Nueva York I

Aquí vengo con la primera remesa de fotos. He cometido un error, y es esperar tanto para empezar a escribir. Tres semanas dan para mucho, y sobre todo en un sitio como Nueva York, por lo que hacer un resumen al tiempo se complica, sobre todo porque uno empieza a olvidar el orden exacto de los eventos.

En cualquier caso, van a ser cuatro o cinco entradas en total. Dos o tres para Nueva York, una para Washington y otra para Filadelfia.

Bueno, empiezo por donde mejor se suele empezar, que es por el principio.

Salgo el viernes 18 de mayo a las 08.00 o así desde Ginebra, lo que significa que me tengo que levantar sobre las cinco de la mañana. Procedimiento habitual de facturación, sin más. Vuelo a Madrid primero, a la T4, desde donde luego tengo que ir a la T4 satélite, donde tras unas horillas de espera embargo en un A340.

Tal que así

Bicho pequeño, con capacidad para 380 pasajeros, más del doble de los que caben en el A320 que me llevó a Madrid.

Sobre el vuelo poco que decir. La comida mediocre y poco más. Lo que si es cierto es que las nueve horas o así no se hacen demasiado largas, entre las dos comidas, la película (dos, pero no vi la segunda= y lo que lleves para echar el rato.

Total, que salgo a las 13.50 y llego a las 16.05 local, tras nueve horas de vuelo. Son seis horas de diferencia, con lo que tengo cuerpo de cena y cama, pero es pleno día todavía.

Después de esto tuve que pasar el control de inmigración, que, la verdad, no fue para tanto. En el avión te hacen rellenar un formulario con cuatro chorradas - motivo del viaje, hotel de la estancia y tal - que te piden en el control. Me hicieron un par de preguntas simples a las que ni me dejó terminar, cortandome con cara de fastidio como si no le intersara un comino. Que posiblemente no le interese, pero entonces que no pregunte, copón.

El control me llevo sobre una hora, así que para cuando salí la maleta ya estaba fuera. La agarré y me fui para el metro, y aquí es donde la lie.

El caso es que según Google yo debía coger la linea E de metro y después hacer un cambio a la 4, pero lo que yo no sabía es que tenía que salir a la calle, patear un buen rato hasta encontrar la entrada de la otra línea y después volver a entrar. Una vez que le coges el truco no es difícil, pero de nuevas, el no saber esas cosas hace que te líes a dar vueltas. Especialmente cuando no sabes dónde está la otra entrada.


Encima resulta que hay varias líneas haciendo recorridos similares, de forma que hay tramos donde una es express - no para en todas partes - y otras paran en todas las intermedias. Y Google me mandaba a la 4. Que era express. Con lo que no paraba en la que  yo quería. Con lo que acabe en medio de Brooklyn antes de darme cuenta de que mi parada no era parada.

Así que vuelta para atrás. Me bajé en la que mejor me pareció y de ahí andando, pasando por China Town de camino.

Una cosa del metro de Nueva York, por cierto, es que es muy antiguo. Y encima no está demasiado modernizado. Es ruidoso de narices, y además algunas estaciones tienen un aspecto ruinoso.

En fin, logro llegar al hostal y me voy a mi habitación. Un cuchitril del largo de la cama y no mucho más ancho. Con ventana. A un patio trasero. 5 dolares extras por esa mierda de cuestionable ventana, que manda...
Menos mal que era por poco tiempo.

Entre pitos y flautas eran ya las nueve de la noche. Tres de la mañana para mi reloj interno, así que opté por ducharme y acostarme, no sin poner antes el despertador para acudir al día siguiente a la conferencia.

Como si me hubiera hecho falta. Por culpa del jet lag a las seis de la mañana estaba con los ojos abiertos de par en par (mediodía para el reloj interno). Decidí ir a buscar el sitio de la conferencia y desayunar en algún sitio... que acabó siendo un Dunkin Donuts. ¡Qué porquería de café!

Sobre el primer día de conferencia, poco que contar. Además, son cosas de trabajo, así que a la porra. Salto directamente a la tarde.

Quedé con mi anterior compañero de piso para ir a dar una vuelta, ya que todavía no había visto nada en condiciones de Nueva York. Y así sin más me llevo debajo del Empire State.


Enorme, quién lo iba a decir ¿eh? No, pero ya en serio. Es enorme. Es cierto que dependiendo del ángulo no parece tan colosal, básicamente porque la base es ancha y está rodeado de edificios enormes también. La foto no le hace justicia, de todas formas.

Otro detalle curioso de Nueva York: comida. Comida por todas partes. En todas las esquinas. Tiendas, kioskos, carritos... comida por un tubo. ¿Os imagináis que vais a Moda Joven del Corte Inglés y tienen chocolatinas al lado de las cajas? Pues allí lo hacen. Tienen un serio problema.

No tengo fotos, pero sí es cierto que el actual alcalde parece que intenta luchar contra tanta azúcar y tanta grasa, pero no es que sea terriblemente popular por ello. Ah, y los tamaños... pides pequeño y es como un mediano en España, o incluso algo más. Pides un zumo y te ponen cerca de medio litro.
En cualquier caso, seguimos con el paseo haciendo tiempo para la noche. Porque Times Square merece la pena verlo de noche. 


Coincidió que el día estaba nublado, con lo que los edificios más altos de la zona desaparecían entre la niebla. Eso sumado a las pantallas, la cantidad de gente, y los anuncios en chino... parecía Blade Runner.

¿O no? Sí, es Times Square

Hasta la policía con luces de neon

Para cenar quedamos con unos amigos de mi ex-compañero de piso, y fuimos a un sitio bastante famoso por lo visto. De hecho al Hilfiger este parece gustarle, porque salía en la revista de Iberia en ese sitio. Que ya ves.
Respecto a lo que decía sobre los tamaños:


Poca cosa. Sólo casi cuatro dedos de carne.


Otra cosa bastante diferente a Europa, o al menos a mí me lo parece, es lo belicistas que son, y lo mucho que les gusta un uniforme. Por todas partes militares uniformados. Después vi que de hecho les sale grátis entrar en los sitios si van con uniforme, así que eso lo explica. Pero ¿cuántas veces habéis visto en España a militares de parranda o de cena uniformados?
La foto de arriba es del sitio del sandwich ligerito: "Mándale un salami a tu chico en el ejército". Yo nunca he visto un cartel diciendo "Mándale un tarro de atún en manteca a tu chico en el ejército". ¿Vosotros?

La habitación del hotel de la conferencia. Planta 20.

Panorámica desde la ventana del hotel

El domingo fue un poco más calmado, y después de las conferencias fuimos a tomar una cerveza al lado del World Trade Center, donde estaban las Torres Gemelas, y donde ahora están construyendo dos nuevas torres. La Torre 1 ya es más alta que el Empire State, que no es poca cosa.



Y como al Empire State las fotos no le hacen justicia. Justo encima de la base - lo negro - podéis ver unos huecos donde faltan cristales. Eso es el tamaño de una planta. Así que imaginad.
Durante el resto de la semana no hice muchas más cosas ya que como Fátima venía el viernes, no quería hacer cosas que después iba a volver a hacer. Aun así fui a ver el Rockefeller Center.

Grande, pero no tanto. Y no muy bonito, la verdad.

¡Banderas americanas para todos!


Y también presenté mi poster.


Con colorines, gráficas, y el logotipo diseñado por mi talentosa hermana. No me preguntaron casi nada, pero qué se le va a hacer. De todas formas, el logo del hamster ha sido un éxito, y aparentemente hasta acabará en un documento oficial y todo.

Otra cosa interesante fue la visita a las oficinas de Google en Nueva York, gracias a que un antiguo compañero del CERN ahora trabaja allí. Tristemente no hay fotos, porque no estaba permitido. Lo que si puedo decir es que es bastante increíble. Cada despacho está a no más de veinte metros de una mini cocina, y con mini quiero decir más grande que la de mi casa. Sí, hay varias cocinas repartidas por todas las oficinas, con neveras llenas. La comida, gratis. Tanto en esas cocinas como en el restaurante, donde, por cierto, tienen un camión de los helados dentro (!!). También tienen sala de juegos, consolas, las paredes son "pintables" (es decir, un gigantesco whiteboard), y hasta un "siestódromo".

La verdad que por un lado no está nada mal, pero por otro veo el peligro de acabar más horas en la oficina que en otro sitio, ya que al fin y al cabo lo tienes todo. Aunque, por otro lado, si estás a gusto...

Para terminar, el jueves tuvimos la "cena de gala" en un barco, cenando mientras navegábamos alrededor de Manhattan. Anda que se lo montan mal.

El tiempo durante esa semana estuvo a ratos bien, a ratos mal, con lluvia. Comenzó con algo de fresco y terminó con un bochorno horrible.

Y el viernes llegó, y con él, Fátima. Obviamente no aguantó despierta mucho rato, así que dejamos el turisteo tuvo que esperar al sábado.


Y me parece que aquí lo dejo. Tenía pensado incluir parte de la segunda semana, pero estoy viendo que ya la entrada se me ha ido de madre - y eso que omito cosas -, así que mejor corto para no saturar. Volveré en breve con las siguientes entradas, si no se me aburre el público.